Reflexión. Los primeros dos grandes ataques a la Iglesia de Cristo. By Fabian Massa.
Hoy comienzo una nueva serie de post, donde desarrollaré los ataques más importantes a la verdadera Iglesia de Cristo.
El primer arma que esgrimió Satanás contra la Iglesia fue la persecución.
La incipiente iglesia de Cristo primero fue perseguida por los
religiosos judíos en Oriente Medio. Luego por el Imperio Romano, pero cuanto
más perseguida, pobre y necesitada, más fuerte y preciosa su fe.
Por eso la estrategia tuvo un giro maquiavélico, como no podían con la
Iglesia, se unieron a ella cuando Constantino el Grande decidió “Convertirse”
al cristianismo. Así la pobre y perseguida se transformó de un día para el otro, mediante el Edicto de
Milán (313 d.C.), en la Iglesia Oficial del Imperio.
A
partir de ese momento, la idolatría y el
sincretismo religioso hicieron nido en la Iglesia, pasando a ser parte de la
liturgia.
Como “Sacar del mundo a la Iglesia” le fue imposible, el 2° arma de Satanás consistió pues en “Meter al Mundo” en la Iglesia. Cuando
el Imperio se dividió en dos en el 395 d.C. (Occidente y Oriente) La Iglesia, acompañó formando las siguientes duplas:
1. IMPERIO
ROMANO DE OCCIDENTE – IGLESIA DE ROMA
2. IMPERIO
ROMANO DE ORIENTE – IGLESIA ORTODOXA
Pero a pesar de esto, la
verdadera Iglesia de Cristo fue alcanzada por la Verdad y con la Reforma (1517)
cuya intención inicial, antes de terminar corrompiéndose, fue retornar al
cristianismo primitivo, comenzó la lucha por poner nuevamente la Palabra de
Dios en primer lugar, pelea que aún continúa, debido a que el hombre lleva en
sí mismo el germen de la religiosidad, la cual abarca la idolatría y todas las “manifestaciones
de la naturaleza caída del hombre”, las cuales son: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio,
discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y
envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas[1].
La Verdadera Iglesia de Cristo ha
convivido estos 400 años con una Iglesia Mundana, me refiero a la Reformada, (ya
que tanto la Iglesia Romana como la Iglesia Ortodoxa siguieron dentro de su matriz
original de culto a las imágenes y sincretismo).
Esta “Convivencia” de una Iglesia
en búsqueda permanente y genuina de la
Palabra pura y la otra que solo busca sacar un beneficio económico de las “ovejas”,
fue anticipada por Jesús mismo cuando decía que la cizaña crece junto al trigo,
y que solo al final de los Tiempos una cosa sería separada de la otra[2].
Ataques satánicos a la Iglesia de Cristo.
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